urbanos Lo que Roma te enseña

Lo que Roma te enseña

El Coliseo

ROMA Y LA PRIMERA LECCIÓN

Resulta fácil hablarte de Roma. De las maravillas que alberga. Pregunta a los amigos que viajaron hasta ella, los que caminaron por sus calles adoquinadas y te dirán que es especial. Por muchas cosas, pero no cabe duda de que una de ellas es la historia. ¿Qué decir de la capital de uno de los mayores imperios que ha conocido la humanidad? Cuando recorres la antigua Roma aprendes dos lecciones fundamentales. La primera, que el ser humano no ha cambiado tanto en sus comportamientos básicos, el modo en que se gana la vida y cómo se divierte. Hay cuatro espacios en Roma que son ejemplo de ello.

El Mercado de Trajano

El Mercado de Trajano

En la Vía de los Foros Imperiales no pasará desapercibido a tu mirada de viajero el mercado de Trajano. Un espacio semicircular con una gran torre que quedará grabado algunas de tus fotos, junto con la columna de Trajano, el monumento a Vittorio Enmanuelle y el Foro de Roma. Tal vez tu interés por ese edificio no vaya más allá de esas fotos. Es normal, todo en Roma absorbe tus sentidos.

Sin embargo, si decides hacer la visita al mercado de Trajano descubrirás uno de esos enormes parecidos entre el mundo de la antigua Roma y nuestro modo de vida actual. Atención, ahí va el motivo, el mercado de Trajano está considerado el primer centro comercial de la historia. Cuando caminas por su interior descubres que su estructura es muy similar a la de un centro comercial actual. Tres niveles conectados por distintos tramos de escalinatas (que no son mecánicas, claro) en los que se ofertaban productos que venían de todas partes del Mediterráneo. La sala de las ánforas es un buen ejemplo para entender esto. En ella encuentras ánforas que procedían de Asia y África.

Dentro del mercado es fácil imaginar el trasiego de personas y productos, la actividad incesante, la vida romana. Los oficios, entre los que había vendedores, comerciantes, transportistas; también intérpretes, sin duda. Puestos del mercado en los que se ofertaban productos de todo el mundo conocido y clientes que estaban acostumbrados a ello, a probar cosas nuevas. Y claro, ese comercio necesitaba de buenas comunicaciones, nada de caminos de tierra que se embarrasen con la lluvia y el mal tiempo.

La Via Appia

Via Appia Antica

Entre la red de comunicaciones que conectaron Roma con el resto del imperio está la Vía Appia que conserva importantes tramos de la carretera original. Pasear por ella es una de esas experiencias únicas. Alejada del ajetreo de las calles de Roma, de los turistas que se amontonan en los lugares más conocidos, te permitirá dar un paseo por una calzada de más de 2000 años de antigüedad rodeada de historia, árboles y pájaros que cantan arrullando tu paseo. Una vía por la que llegaban a Roma los productos y personas que venían desde el Adriático. No dejéis de visitar la Villa de Capo di Bove, que es un centro de atención de visitantes, en el que recibirás información de las visitas a realizar a lo largo de la Vía Appia. Os contarán toda la historia de la villa y de la Vía Appia, cómo ha cambiado a lo largo del tiempo. No os lo perdáis.

La parte más interesante de la Vía Appia, caminando en sentido contrario a Roma, comienza en el Complejo de Massenzio (de entrada gratuita) en el que están los restos del panteón de la familia Massenzio y el estadio particular, más adelante el Mausoleo de Cecilia Metella. Luego llegarás a la Villa de Capo di Bove. Un poco más adelante encontrarás los tramos más largos conservados de la vía. Como te comentaba el paseo es idílico. Puede hacerse andando y en bicicleta. Hay distintas opciones para alquilar bicis. Otro de los monumentos romanos recomendados para visitar es la Villa dei Quintili.

Las Termas de Caracalla

Termas de Caracalla

En la sociedad romana el ocio ocupaba un lugar importante. La oferta de ocio en cuanto a teatros, circos, termas, etc… con capacidad para albergar miles de personas da una idea del nivel que alcanzó la cultura del ocio en la antigua Roma.

Las termas de Caracalla son un ejemplo de esa cultura y de esa similitud de la Roma antigua con la sociedad actual. En las termas, había gimnasio y piscinas donde se jugaba a distintos juegos de mesa, además de las distintas piscinas de agua fría y caliente. Las termas estaban dotadas de espacios de esparcimiento donde los clientes podían conversar. ¿Ves muchas diferencias con los gimnasios actuales, o los baños árabes que visitamos?

El Coliseo

Roma y El Coliseo

Hemos dejado el Coliseo para el final. Ya sé que es uno de esos sitios indispensables en Roma y que probablemente no pueda descubrirte nada nuevo. Pero no cabe duda de que, como ejemplo de lo que suponía la cultura del ocio y su parecido con la vida actual, es inevitable.

Imagina un estadio con capacidad para 50.000 personas, equipado para llevar a cabo un espectáculo que a día de hoy nos levantaría de los asientos. Un lugar, donde los espectadores comían frutos secos durante el espectáculo. Casi como ahora, solo que sin gladiadores y sin muerte. Seguro que puedes imaginar situaciones similares en tu entorno. Entrar en el Coliseo, con un poco de imaginación, es como entrar en el estadio de tu equipo a ver el partido.

ROMA Y LA SEGUNDA LECCIÓN APRENDIDA.

Sigue imaginando un poco más. Piensa que tienes la ciudadanía romana, que trabajas en el mercado de Trajano, en alguno de sus puestos. Que tus productos llegan a través de la vía Appia, que de vez en cuando vas al Teatro de Marcelo, o las termas de Diocleciano o Caracalla. Que te gustan las competiciones de atletismo en el Estadio de Domiciano (actual Piazza Navona); las carreras, la lucha, el boxeo. Y claro, a lo mejor te gustan las luchas de gladiadores en el Coliseo. ¿No se parece a lo que haces ahora? Cuando vas a trabajar durante la semana, al cine o al teatro los fines de semana. Al fútbol, al baloncesto o a cualquiera de las opciones de ocio que nuestra sociedad te ofrece.

Como si fuéramos romanos, vivimos en una sociedad que está en el zénit de su desarrollo. Probablemente, creemos que nuestro modo de vida es eterno, como Roma. Seguramente los romanos nunca pensaron que el imperio caería y con él su modo de vida. Esa es la segunda lección que te enseña Roma. La de la humildad.

EL COMPLEMENTO ROMANO PERFECTO

 Parque de los Acueductos

No cabe duda de que la Roma del imperio es mucho más que los espacios que te proponemos. Incluso te habrá sorprendido que no mencionemos el Foro o el Palatino. Está claro que visitarlos es ineludible. Sin embargo, a nuestro entender no transmiten con tanta claridad lo que significaba Roma para su mundo. Sin duda, complementan esa sensación y la enriquecen pero en los espacios que os proponemos resulta palpable. Otro monumento de la Roma imperial que merece una visita es el parque de los acueductos, dentro del parque de la Via Appia Antica. Un conjunto de acueductos en las afueras de Roma, rodeado de un entorno de lo más agradable para pasear o recorrer en bici.

TIPS

  GALERÍA DE FOTOS DE ROMA

  VIA APPIA ANTICA

Visitar la Via Appia es completamente gratuito. Sí hay que comprar entradas para visitar el mausoleo de Cecilia Metella y la Villa de Quintilli. En el siguiente enlace tenéis toda la información; cómo llegar, transporte público, mapas, alquiler de bicicletas, etc… aquí también puedes encontrar esta información para visitar el parque de los acueductos.

  COLISEO

. La visita es gratuita el primer domingo de cada mes. Ya sabes, toca madrugar y llegar temprano porque sin duda habrá colas. Te dejamos el enlace para que organices tu visita, sacar tus entradas, etc….

  MERCADO DE TRAJANO

. Puedes comprar la entrada en taquilla, no encontrarás colas tan largas como en otros monumentos con más visitantes. En cualquier caso, aquí tienes el enlace de la web oficial.

ENTRADAS A MUSEOS EN GENERAL

En estas páginas puedes adquirir tus entradas para visitar los distintos museos y monumentos de Roma.

  MUSEOS DE ROMA

  TICKETS ROME

  ENTRADAS EN ROMA

  ROME AND VATICAN PASS

MÁS ROMA

  La Fontana di Trevi

No dejes de leer nuestro artículo sobre La Fontana di Trevi, otro de los inolvidables e inevitable iconos de Roma.

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