urbanos Sintiendo la Fontana di Trevi

Sintiendo la Fontana di Trevi

Fontana

SENTIR LA FONTANA DI TREVI

No le des la espalda, si conseguiste llegar junto a ella superando mareas humanas, no le pierdas la cara cuando te dejen contemplarla. Aún cuando sujetes una moneda entre tus dedos y pidas un deseo justo antes de lanzarla al vuelo. Con el rabillo del ojo, mírala al caer al agua.

No le des la espalda, contempla la cascada inventada y el fluir del agua en la piedra tallada. Observa la ilusión creada, a un lado un pegaso que intenta levantar el vuelo y a su lado alguien que intenta retenerlo. Al otro lado, otro pegaso que cabalga con las alas desplegadas y junto a él un personaje que tira de él impulsándolo en el comienzo de su vuelo.

No le pierdas la cara, ni a la fontana ni a la alegoría inventada. Aunque solo sea una fuente, aunque solo sea una reflexión exagerada. No le des la espalda a la fontana. A la vida no le pierdas la cara.

NO DESCUBRIR LA FONTANA

Hay pocas cosas que podamos contarte que no sepas de la Fontana di Trevi. No aspiramos a descubrírtela entre los espacios emblemáticos que visitarás en Roma. Todas las webs de viajes tienen algo que contar sobre ella. No vamos a recomendarte el mejor día, ni la mejor hora. No te diremos que visitarla a la una o dos de la madrugada, como recomiendan algunos blogs, te proporcionará una experiencia única, ni siquiera diferente. En la Fontana di Trevi, siempre hay gente, mucha gente, y retratistas polaroid. Además, cuando visitas Roma, siempre hay algo que ver, calles que caminar y pies agotados con ganas de descansar. Tampoco lo descartes, cada uno viaja a su manera.

Evidentemente, es innecesario que te digamos que lances la moneda al viento, ni que digamos que, si lo haces, algún día volverás; porque, te lo adelanto, volverás con moneda lanzada o sin ella. Por supuesto, no vamos a contarte las leyendas que la rodean, ni la recaudación que se obtiene de ella.

Ni siquiera te contaremos nada acerca de su autor, o las anécdotas, ni la interpretación de la escena que contemplarás ante ella.

No vamos a hacer nada de eso, puede contártelo cualquiera, leerlo en la página que quieras. Te pondremos el enlace de la Wikipedia.

SENTIR LA FONTANA

Lo que intentaremos es que sientas la experiencia, porque eso es lo que marcará la diferencia y convertirá a la Fontana en algo especial o simplemente un monumento más. Conviértete en un mono sabio, no escuches, no hables, ni siquiera leas estas letras. Solo camina hasta ella, observa las calles, los edificios, visita las tiendas. Acércate a ella desde la Vía del Corso o desde el Quirinale, es lo único que voy a recomendarte. Pero no planifiques el encuentro perfecto, simplemente, deja que pase. Y cuando llegues a ella, mírala, obsérvala y siéntela. Invéntate tu Fontana y seguro que volverás, no lo podrás evitar. Serás un observador más de los que se encuentran entre la masa. Probablemente, si alguien es capaz de detenerse lo suficiente, te descubrirá impasible, imperturbable, activamente contemplativo. Escuchando el rumor del agua, la escena que ante ti se desata. No nos importa repetirnos, sintiendo la Fontana. Aunque tampoco te engañaremos, a lo mejor solo ves una fuente grande en una pequeña plaza.

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