Polonia urbanos La mina de sal de Wieliczka

La mina de sal de Wieliczka

Wieliczka

El descubrimiento

Hace años caía en mis manos este disco grabado en una mina de sal en Polonia. Era uno de esos discos que aunque pasen los años, nunca deja de asombrarme.

Las palabras con las que empieza este artículo son las propias de Zbigniew Preisner, y aparecen en esta obra en cuestión. Preisner es un compositor conocido por películas como Azul, Blanco, Rojo, entra otras. Ya conocía al músico y desde que supe de la existencia de esa mina y de la grabación del concierto, lo marqué como un lugar al que debería ir, al menos una vez en mi vida.

La mina

Wieliczka se encuentrá a muy poca distancia del centro de Cracovia y eso la hace un complemento ideal en la visita a la ciudad. Podéis consultar el artículo sobre Cracovia muy pronto también.

La mina ha estado activa desde el siglo XIII hasta el año 2007, cuando dejaron de tener uso comercial. Son unas de las minas de sal más antiguas del mundo y hoy día es una de las atracciones turísticas más importantes de Polonia. De hecho, son patrimonio de la humanidad desde 1978. Aunque no tienen actividad minera, aún queda un pequeño espacio para tratar problemas respiratorios, donde se pueden pasar largas estancias bajo supervisión médica.

Como decíamos, para llegar desde el centro de Cracovia podéis ir en tren desde la estación central de Cracovia o usar un bus (304) que os deja muy cerca de la entrada a la mina. Los tickets se compran en las mismas taquillas o en la página web del complejo. Cada cierto tiempo entra un grupo y sale otro y están disponibles con audioguía en inglés o en polaco. Si preferís hacer la visita sin estar pendiente de la audioguía, podeís adquirir las entradas en idioma polaco, ya que tiene un menor precio.

Si la primera bajada es como un descenso al infinito, la impresionante cámara de Santa Kinga os dejará boquiabiertos. Otra de las cosas más llamativas de este lugar son las esculturas talladas en sal por los propios mineros a lo largo de los años, que van salpicando todo el recorrido con imágenes de escenas o de personajes famosos.

Así, durante unas horas, el viajero va descubriendo rincones, esculturas, cámaras bellísimas, herramientas, máquinas, lagos...recorriendo los aproximadamente 3.5 kms que tiene la parte abierta visitable. Aunque las galerías de la mina abarcan 287 kilómetros interminables. Esto pone de manifiesto la inmensidad e importancia de este lugar, sobre todo en la Edad Media, cuando fueron la principal fuente de ingresos de Polonia durante años. Se decía que la persona responsable de la mina tenía más poder que el propio rey de Polonia.

La visita más los desplazamientos os llevará toda una mañana, pero aún así os quedará mucho día para seguir descubriendo Cracovia. Y sin duda os iréis con la sensación de haber estado en uno de esos lugares únicos y llenos de magia.

El Rey Casimiro

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