España urbanos Y el hombre se hizo infante

Y el hombre se hizo infante

La Judería y la Catedral de Toledo

Ya sabes que me encanta el mestizaje de culturas, así que no te sorprenderá que visitase la judería de Toledo y sus sinagogas. Fuimos el sábado y lo reconozco, no es que estuviera pensando en celebrar el sabbath, día de descanso para los judíos, sino que elegí ese día porque tanto como la casa museo del Greco como el museo Sefardí (Sinagoga del tránsito) eran gratuitos a partir de las dos de la tarde. Si se puede ahorrar, se ahorra.

Sinagoga de Santa María La Blanca

Pero antes de eso cerramos las visitas que incluía la pulserita roja. Concretamente, la sinagoga de Santa María la Blanca y el Monasterio de San Juan de los Reyes. Al principio, al entrar en la sinagoga de Santa María la Blanca me sentí un poco decepcionado al encontrarme un espacio vacío de paredes desnudas. Tuve que desplazarme a las naves laterales para que se descubrieran a mi vista la decoración hebrea en las paredes laterales y el entramado de arcos y columnas. Ahí sí que tuve la sensación de estar visitando una sinagoga.

Monasterio de San Juan de los Reyes

Me dejé llevar por la paz que transmite su claustro. No es una sensación nueva para mí, este elemento arquitectónico de los monasterios provocan en mí esa sensación

Muy cerquita de allí nos esperaba el Monasterio de San Juan de los Reyes donde me dejé llevar por la paz que transmite su claustro. No es una sensación nueva para mí, este elemento arquitectónico de los monasterios provocan en mí esa sensación, creo que es una de sus funciones.

En la segunda planta del claustro me recibió el artesonado de madera, lleno de tramas de madera e iconos de los Reyes Católicos que mandaron construir el monasterio.

En todas las guías leeréis acerca de las cadenas que cuelgan de las paredes exteriores del Monasterio, no olvidaros de mirar hacia arriba porque a mí me faltó poco para no fijarme en ellas. Son un homenaje a los liberados por Fernando el Católico de los moros durante la reconquista.

Sinagoga del Tránsito

Nos dieron las doce y la una y las dos, así que entramos en la sinagoga del tránsito que me gustó más que la anterior, más decoración, más matices hebreos, más cositas de esas que me gustan. Un patio que transmitía tanta paz como el claustro del monasterio. También te da la oportunidad de conocer un poco mejor la cultura judía, algo que siempre ayuda a que uno deje de mirarse el ombligo.

Justo al ladito estaba la ficticia casa museo de El Greco, donde se construyó un museo recreando lo que creían que era su casa tratando de reflejar como había sido. Se equivocaron de casa, por poco pero equivocados. El resultado es un palacete medieval que la verdad es que está chulo aunque no sé si vale la pena pagar la entrada, eso ya depende de cada uno. También da la oportunidad de visitar los restos de lo que fueron los baños del palacio de Samuel Levi, un judío que fuera tesorero del rey Pedro I.

Catedral de Toledo

¿Sabes? Al final te he engañado, aunque solo un poquito, no me lo tengas en cuenta. La primera de las visitas del día fue a la Catedral, abría a las 11:00 de la mañana y nos fuimos tempranito a sacar las entradas porque todos los días habíamos visto colas larguísimas. Llegamos a las 10:30 y media hora después abrían y pudimos sacar la entrada rapidito, chispa más o menos. 8 euritos con audioguía.

¿Que si valió la pena? A mi sí. ¿Que por qué? Te recuerdo que mi memoria infantil está desubicada. Tengo momentos y lugares en mi mente que me emocionaron y sorprendieron pero que no sé donde están o no han resultado estar donde creía. Estos recuerdos encontraron su lugar al entrar en la Catedral y toparme con "el transparente"


TOLEDO: Donde encontré lo que no buscaba

Te contamos las aventuras del infante infantil por las calles de Toledo.

DÓNDE ALOJARSE

HOSPEDERÍA DE LOS REYES. Es uno de esos alojamientos pequeñitos con encanto. Está al ladito de la muralla de Toledo y muy cerquita de la Puerta Bisagra y del centro de la ciudad.


DÓNDE COMER

El bar Skala, en el callejón de la sal, que desemboca en la calle Hombre de Palo. Un garito en plan bar de parroquianos pero con unos pinchos (tapas para nosotros) buenísimos y a buen precio

El "Tapas" y el "Enebro" realmente los únicos que tienen el enfoque de tapeo al que estamos acostumbrados. Ambos podréis encontrarlos cruzando el arco de la plaza Zocodover, bajando las escaleras y dejando atrás la escultura de Cervantes. El primero queda a la derecha y puedes elegir la tapa. El segundo está a la izquierda, en dirección al Alcazar, con la bebida te ponen tu bocatita.

El concepto de tapa en Toledo corresponde al de media ración, y no son baratas. No confundirse. Nosotros utilizamos la táctica de entrar, pedir un vino y ver qué pasaba. Si nos ponían un pincho, si no, y todas esas cosillas que se observan tras la barra de un bar.


El Infante infantil y El Transparente

Una vez, el Infante infantil entró en una catedral y paseando por su nave lateral se encontró con algo sorprendente, al menos para su mente de niño. Tras el altar mayor una abertura circular se abría en la bóveda a modo de tragaluz y los rayos del sol entraban en el templo iluminando una escultura en mármol con sus propios rayos de sol dorados. Sorprendido y maravillado, aquella imagen se grabó en su memoria, pero cuando creció olvidó donde la había visto. El viajero hombre adulto en que se convirtió la buscó en cada Catedral que visitó sin encontrarla.

Así que yo, el hombre adulto, con la audioguía en los oídos, me encontré de nuevo con ese tragaluz barroco y el Infante infantil encontró lo que ya no buscaba porque lo había dado por perdido. Yo, el hombre adulto, me alegré de pagar 8 euros para recuperar un recuerdo desubicado ¿Uno? No, fueron dos. También me reencontré con una escultura de la virgen que se encuentra en el coro, donde el hijo acaricia la cara de su madre y ambos sonríen. Sí, un hijo y una madre sonrientes, algo muy natural. Sinceramente, algo mejor que ver una piedad.

Abandoné la Catedral y podía sentir al Infante infantil feliz alegrarse en mi interior y yo con él. ¿Vale ese sentimiento 8 euros? Yo los pago besaos

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